El sauna permite la recuperación muscular gracias al calor que éste produce.
El calor y el vapor se crea por la evaporación del agua que produce las piedras volcánicas las cuales ayudan a estimular la circulación sanguínea. Para aprovechar al máximo los beneficios del sauna, lo ideal es alternar las entradas y salidas para beneficiar el cambio del calor al frío.
Más allá de la relajación de los músculos, el sauna permite relajar el espíritu, refuerza las defensas inmunitarias, purifica la piel y además elimina rápidamente las toxinas acumuladas en los músculos. Debido al calor que produce el sauna y la propensión a transpirar, es importante mantenerse bien hidratado después de una sesión en tu gimnasio.